El estrés en los humanos siempre ha tenido una connotación negativa por sus consecuencias perjudiciales para la salud, es la respuesta ante una repetición de estímulos que el cuerpo no puede asumir, pero en un principio, simplemente es la reacción de nuestro organismo a un reto interno o ambiental. Y en esa clave podríamos enmarcar al desafío que en los torneos sufren los equipos mal clasificados tratando de superar en el último instante la mala situación que atraviesan.
Al Club Deportivo Caspe le ha tocado bailar en las últimas jornadas en casa con los, digamos, efectos colaterales de estas circunstancias y ello podría contener la respuesta a esos finales que un gurú diría, contarios a la lógica. No obstante, volviendo al recurrente hilo de los pronósticos, si en un principio las mejores expectativas deben concluir con los mejores resultados, las previsiones empujan los indicios a dicha dirección.
Nuevamente el equipo de Carlos Burillo toma contacto con un rival que se está jugando la permanencia en la categoría. La Unión Deportiva Montecarlo es décimo segunda a solo un punto del descenso pero que en su casa ha ganado tres de los últimos cinco partidos disputados y viene de un meritorio empate frente al San José.
Por su parte el CD. Caspe, líder de la categoría con cinco puntos más que el Atlético Monzón y ocho por encima del tercer clasificado, el San José, aunque con un partido menos, llega con el subidón de la última contundente victoria al CD. Altorricón y rezuma en su mente el horizonte de la preciada categoría nacional.
Los precedentes también favorecen las expectativas visitantes, el conjunto caspolino ha viajado en dos ocasiones a Zaragoza para enfrentarse al Montecarlo y en ambos casos el marcador le ha favorecido, uno - tres en la 97/98 y uno - dos en la 98/99.